Lo social en Roberto Arlt

   La vida de Roberto Arlt estuvo caracterizada por la rebeldía y la auto-enseñanza. Nacido en un hogar humilde, en el barrio porteño de Flores, él supo cómo lograr dar a luz su brillante potencial, pese a las condiciones adversas con las cuales tuvo que convivir a lo largo de su infancia, adolescencia y adultez. Hijo de padres inmigrantes, Arlt creció en una atmósfera humilde y llena de adversidades: basta con sólo saber que dos de sus hermanas murieron de Tuberculosis cuando era pequeño y que la relación con su padre fue de carácter violenta y poco comprensiva. A los ocho años de edad, fue expulsado de la escuela y jamás volvió a retomarla; pero sin embargo, estos hechos que marcaron su vida quizá fueron los que le permitieron que hoy en día sea uno de los escritores más importante y relevantes de la Literatura Argentina. 
   En Roberto Arlt, la reflexión sobre la sociedad está siempre presente. Todo aquello relacionado con la cotidianeidad y la realidad argentina de la primera mitad del siglo XX se manifiesta en sus obras. Según Piglia, las novelas de este escritor se construyen y se alimentan de la realidad; en ellas lo social es inspiración; lo social se asienta en la ficción.
    Como bien afirma el escritor Enrique Pezzoni, los personajes de Roberto Arlt viven situaciones en las que verbalizan su necesidad de violar, usurpar y transgredir. Sólo de ese modo intentan sustraerse al modo de socialización en que se han formado. El proceso actúa selectivamente sobre las posibilidades humanas, creando a través del tiempo la sensación de la inevitabilidad de un esquema social dado y limitando las áreas de cambio permitido. Silvio Astier, por ejemplo, aspira a no ser seguro, él quiere volverse peligroso. La transgresión confirma desesperadamente la imposibilidad de pensar realidades alternativas y de concebir una supresión de los roles asignados. Mediante la transgresión agrede al orden dominante, agrede a su realidad.



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